Mariana Pineda, un referente para el feminismo actual

La obra de Federico García Lorca está llena de mujeres, pero hay una que se ha convertido en un referente para el feminismo actual con el tiempo: Mariana Pineda. Pero, ¿quién era realmente?

Un referente para la participación de las mujeres en la vida pública

cuadro de Mariana Pineda
biografiasyvidas.com

Decía el universal poeta Federico García Lorca en su obra de teatro Mariana Pineda que “los tiempos cambian con el tiempo”, pero el tiempo en sí mismo es el pasar de un segundo detrás de otro. Los tiempos cambian con el tiempo y con las personas. Somos nosotros y nosotras quienes transformamos el mundo en el que vivimos. Los cambios no llegan solos.
Mariana Pineda lo sabía y desde su juventud, luchó por sus ideas, apoyó a quienes las compartían y vivió el amor a su manera. Procedía de una familia acomodada, consiguió un primer matrimonio conveniente y a pesar de todo, supo cultivarse y crear su propia opinión sobre su entorno. Y vivió en coherencia con ella.

Mientras tanto, muchas mujeres obedecían y callaban. O simplemente no concebían que ellas pudieran tener espacio en la vida pública, en la política. Por ello, la muerte pública de Mariana Pineda sirvió para que las gentes de la época se dieran cuenta de que podía haber otra manera de hacer las cosas. Tanto es así, que se convirtió en una leyenda, protagonista de canciones infantiles centenarias.
Por personas como ella, estamos muy orgullosos y orgullosas de vivir y trabajar para Granada. Porque cada vez que lo hacemos, recordamos a una mujer que ha desempeñado un papel fundamental para que las andaluzas y españolas comenzáramos a creer en nosotras mismas. Es irónico, pero, a veces, una muerte injusta salva muchas vidas.

Vida de Mariana Pineda

Mariana Pineda nació en Granada en 1804, hija de un capitán de una de las órdenes más prestigiosas del país. Ya desde el principio, la vida de Mariana va a ser diferente: su padre nunca llegó a casarse. Su padre y su madre vivían en casas separadas, incluso en el momento de su nacimiento. No obstante, cuando Mariana llegó al mundo, la pequeña y la madre se mudaron a la casa del capitán. Poco tiempo después, este murió. Su tutor sería su tío paterno,  soltero y ciego a sus 47 años. La complicada relación entre sus padres y su convivencia posterior con su tío probablemente le sirvieron para colocar la libertad y la defensa de la diversidad como sus pilares.

A los quince años, se casó de manera muy discreta con un exsoldado once años mayor que ella. Tuvo dos hijos y con 18 años, enviudó. Fue durante esos años que entró en contacto con los rebeldes, los liberales, que luchaban contra la democracia, en contra del autoritarismo. Su implicación fue tal, que llegó a cobijar a los rebeldes en su propia casa, a sabiendas de que se estaba jugando la vida.

Y continuó luchando por su libertad de pensamiento y la de su pueblo. Mariana amaba con la misma pasión con la que se rebelaba. Tuvo diferentes amantes y amores imposibles, uno de ellos, un soldado con quien pretendía casarse, ¿pero cómo un solado que defendía al poder oficial iba a aceptarla? La familia la rechazó y Mariana, presa del desamor, se alejó de la ciudad durante 2 años.

representación de Mariana Pineda
teatro.es

Muerte de Mariana Pineda

Cuando regresó, Mariana Pineda estaba más fuerte que nunca y siguió arriesgando su vida por la libertad. Ayudó a escapar a su primo de la cárcel, acusado de haber participado en varias conspiraciones contra el Rey. Según la leyenda de Mariana Pineda y la propia obra del genial dramaturgo Federico García Lorca, Mariana tenía una relación con su primo, pero lo cierto es que se enamoró de un abogado, con quien llegó a contraer un “matrimonio de conciencia”, fiel a sus ideales.

Disfrazado de fraile, su primo se refugió en la casa de Mariana Pineda y le pidió que cosiera la bandera de la libertad. Ya había sido denunciada por participar en otras insurrecciones, por lo que la atraparon rápidamente. Mariana fue detenida en casa, cuando encontraron la bandera.

Pero ella Luchó hasta el final, incluso llegó a fugarse, aunque la atraparon en seguida.  Tras el juicio, fue condenada a muerte, a garrote vil, por rebelión contra el orden. La ejecutaron públicamente, en el patíbulo, pero pudo cumplir su último deseo: morir con las medias bien puestas. Aquellas medias bien puestas eran la dignidad de toda una lucha, la muestra de que no se había rendido, de que nunca lo haría, aunque estuviera delante de su verdugo. Así, los granadinos y las granadinos fueron testigo de que la heroicidad y la valentía no tienen género.

Mariana Pineda fue la cabeza de turco, quisieron ajusticiarla para atemorizar a los rebeldes. Sin embargo, desde entonces, Mariana Pineda se hizo eterna, un símbolo de la lucha por la libertad y un referente para todas aquellas mujeres que han defendido su derecho a participar en la vida pública, a tener opiniones y defenderlas, a riesgo de perder su vida, porque ¿qué es la vida sin vida?