Tras las huellas de los Bécquer, de Sevilla al Monasterio de Veruela

El viaje comenzará y acabará en Sevilla, ciudad de nacimiento de los hermanos Bécquer, aquella Sevilla romántica de los duques de Montpensier y su hija María de las Mercedes, que llegó a ser reina de España y que murió prematuramente a la corta edad de dieciocho años, la que retrataban pintores como su padre y su tío.

Allí creció Gustavo Adolfo, hermano menor, aunque pronto tendrá que dejar esta ciudad para irse a Madrid en busca de una fortuna que nunca llegó, pues siempre llevó una vida modesta sobreviviendo en la bohemia, compaginando pequeños trabajos de traducción, dibujante…y desde allí descubrirá una España que poco a poco iba desapareciendo bajo el yugo de la modernidad, la llegada de la era industrial y el progreso, y que él querrá contar para que no desaparezca: leyendas, monumentos, costumbres, etc., porque nuestro joven escritor tuvo la oportunidad de vivir esa España decimonónica de los duelos de espadas, nadar por las aguas del Guadalquivir, de paseos por los cementerios y escribir a la luz de las velas, pero también la precariedad, la soledad y la enfermedad.

Gustavo Adolfo lo escribirá y Valeriano lo pintará para que no se pierda la memoria de aquella España, con sus luces y sus sombras, con su particular belleza.

Ambos, tras múltiples desencuentros vitales mueren a la edad de 34 y 37 años, dejando una estampa en la historia imposible de olvidar, vidas evocadoras clavadas en el corazón de todo romántico, romántico de verdad.

¿Nos acompañas?

Colabora: experiencia ofrecida por Gozarte.