¿Dónde están enterrados los reyes de la Alhambra?

A diario oímos y contamos leyendas de los habitantes que un día poblaron los majestuosos Palacios Nazaríes o se deleitaron en sus armoniosos jardines. Pero, ¿dónde quedaron sus restos después de su paso a la otra vida? ¿Dónde están enterrados los reyes de la Alhambra?

Las costumbres nazaríes dictaban que los cementerios se situaran extramuros de las ciudades, en grandes explanadas, con las tumbas siempre orientadas hacia la Meca. En el caso de familias nobles y, por supuesto de la familia real nazarí, los enterramientos tenían lugar en mausoleos privados, pequeños jardines, rauda o rawda.

La Rauda de la Alhambra: un cementerio vacío

rauda-real-patronato-alhambraEn la Alhambra de los dos cementerios que existieron en su momento, solo queda parte de la Rauda Real, donde se enterraba a la familia real, a los sultanes y sus familiares. Estaba en una ubicación excelente, entre el Palacio de los Leones y la antigua Mezquita de la Alhambra, actual Santa María de la Alhambra. El Palacio de Carlos V está construido sobre parte de ella, cuando se construyó, la Rauda ya estaba vacía….

Al parecer, cuando Boabdil, el último rey nazarí de Granada, acordó las capitulaciones para la entrega de la ciudad a los Reyes Católicos, y emigró llevándose consigo, no sus posesiones materiales, sino también los restos de sus antepasados, para que no reposaran en tierras cristianas.

A sus descendientes los tuvo que dejar en Granada, sus dos hijos con la reina Morayma, tuvo que dejarlos en prenda bajo custodia de los Reyes Católicos, como garantía de su retiro.  Destinaron al rey y a su séquito un feudo en la zona de Laujar de Andaráx, en la Alpujarra almeriense a medio caminos entre la ciudad y la costa. La corte exiliada se estableció en la localidad de Mondújar durante un tiempo.

Más tarde, tras la muerte de su esposa y de uno de sus hijos, se hizo más presente que nunca la profecía que un día un sabio le hizo a Morayma: «El último rey nazarí vivirá mucho para padecer mucho». La vida de Abu Abdallah Muhammad ben Ali, Muhammad XII, conocido como Boabdil por los cristianos, parecía más una maldición que una suerte… «¿Por qué la muerte no ha querido ni quiere de mí nunca!» – se repetía con frecuencia.

La dinastía Nazarí en Mondújar

castillo-arabe-mondujar-1024x523Entonces se decidió a abandonar lo que un día fue su reino, dejando atrás lo que le quedaba de su familia. Embarcaría hacia el Norte de África, pero antes parece que, mandó construir un cementerio real en Mondújar, donde los grandes monarcas del Reino Nazarí podrían descansar dignamente en tierra andalusí.

Ese cementerio musulmán de Mondújar fue muy solicitado durante años, hasta que cayó en el olvido de los siglos. En 1988 se construyó en la zona la circunvalación de Mondújar, y parece que gran parte de los huesos fueros esparcidos bajo la carretera.

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Cuando se construyó la Autovía de Motril, en 2011, se volvió a trabajar en la zona, está vez, con expertos y con minuciosas excavaciones arqueológicas. Entonces se confirmó que las tumbas fueron removidas y que los restos de los grandes emires nazaríes y sus familias, estaban desperdigados bajo el asfalto.

Aún queda la posibilidad de que los documentos encontrados, hagan referencia a otra Mondújar, también en la zona de Andaráx, donde no se ha realizado excavación alguna. Aunque el cúmulo de casualidades lo hacen poco probable.

Sin duda, no fue lo que el Rey Chico pretendía al partir hacia Fez, tras embarcar en Adra. Pero el destino de sus huesos tampoco fue afortunado. Boabdil falleció en Fez y su posible lugar de enterramiento sigue siendo envuelto en el halo de miseria que envolvió al pobre Boabdil en vida.